2022-Escrito de Carmen Pernas en la presentación de Inmaculada Glez-Carbajal en León

ESCRITO DE CARMEN PERNAS MARTINEZ PARA LA PRESENTACIÓN DE  «EL MUNDO A TRAVÉS DE UNA MOSQUITERA», CUYA AUTORA ES INMACULADA GLEZ-CARBAJAL GARCÍA:

«Hace miles de años, hubo civilizaciones que nos dejaron una urdimbre de palabras.
Escribieron su legado, y dibujaron los mapas del cielo, para que no tuviéramos miedo.
En su herencia, inscrita en la memoria del tiempo, plantearon cuestiones que nos atañen a
todos, tales como la forma de enfrentarse al devenir del tráfago diario, a los caminos de la
vida, a los trazos de la muerte…
Así, de este modo, se refiere también este libro a las grandes preguntas. 
Comienza con el discurrir de los días postreros de una madre a la que le ha llegado la hora de
caminar a su destino…
La autora, como hija, le dice adiós, acompañándola con una actitud sosegada y tranquila, agradeciéndole sus lecciones de vida para transitar por este mundo de una manera, libre, solidaria y valiente.
Después de este acontecimiento profundo y doloroso, Inmaculada se mirará las manos, y las
descubrirá llenas de interrogantes sobre sus propias formas de vivir.
Pues de ella es ahora la necesidad, la inquietud que se filtra cada día por las fisuras de una
realidad acomodada, de una vida salpicada de previsibles sobresaltos, de ciudades confortables, de ocio, trabajo y distracciones bien ordenadas.
Asistiremos entonces, a la búsqueda del Pájaro Azul, el símbolo feliz del contento interno, a proyectos, miedos, anticipación, al latido que empuja sus días, sus mañanas… a la necesidad de acercarse al otro, a contemplar nuevas realidades, que no siempre son fáciles de compartir con los que la rodean.
Miráremos con ella, desde el corazón, al horizonte de África, el continente de las grandes
heridas, Iremos al lugar que, desde hace años, esconde sus lejanas geografías tras el cendal suave de
una mosquitera que filtra la luz de los amaneceres, en los despertares que la reciben en la ciudad de Kinshasa, donde ella descubrirá la diversidad del mundo.
Camináremos hacia la República Democrática del Congo, atravesando las paradojas que tienen lugar en la tierra de las grandes riquezas y las lacerantes desigualdades.
Paradojas de agua, de sequía, de luz, de oscuridad, de desamparo, de cuidados, de mucho, de poco, de abandono, de abrazos, de sonrisas de asombros…
Y en nuestro transitar nos descubriremos, habitantes de un mundo distinto, afortunados poseedores de bienes y derechos que, nos han pasado inadvertidos, porque a veces, Lo cotidiano se hacen costumbre, se diluye, y se vuelve invisible a nuestros ojos.
Y, sin embargo, en estas páginas, pasa a nuestro lado, una crónica de pobreza, de violencia sexual sobre mujeres y niños, de la terrible estigmatización de los enfermos mentales, que encuentran abrigo en la inestimable ayuda de Sor Ángela y el proyecto Télema, con el que la fundación del Pájaro azul colabora.
Atravesaremos guerras, enfrentamiento de etnias, que de alguna manera maquillan el verdadero conflicto que se adivina en las entrañas de la tierra: La extracción de minerales como el cobre el cobalto el estaño el uranio los diamantes; pero sobre todo el coltán, ese componente que se nos queda cada día, entre las manos , porque no es habitual que nuestras pantallas de colores brillantes, reflejen el sacrificio sordo de más de 40.000 menores a los que el amanecer sorprende inclinándose sobre la dura tarea de ganarle unos pocos céntimos a la riqueza , deslizando sus cuerpos malnutridos por las gargantas más angostas y profundas de las minas , sin que su infancia arrodillada conmueva ningún silencio.
Esa infancia a la intemperie, frente a las fauces de la calle, que nos descubre la mirada del hambre.
Lo que realmente impulsó a Inmaculada a trabajar en estos proyectos desde la Fundación que preside, es saber que la mejor ayuda que se puede proporcionar a estos niños viene a través de la formación, la educación, la acogida., tal como hacen en el centro Bana Ya Poveda, en la ciudad de Kinshasha, restaurando los daños afectivos, materiales y psicológicos de ellos y de sus familias.
Seremos pues, pasajeros de un largo viaje, que se detienen a veces a las orillas de un río inmenso serpenteando en tierras secas, donde a veces nos recibe la falta el agua o de fluido eléctrico … encaminando nuestros pasos por calles llenas de barro, medios de transporte precarios atestados de gente, mercados no muy limpios abigarrados de colores, de bullicio, de vidas que transcurren tras unas miradas que tal vez nos conciernan a todos, Es quizá este un libro de desasosiegos y asombros, pero también, y de repente, de fuerzas, gozo, reconocimiento, porque también hay mujeres con nombre de Esperanza, y regalos valiosos como la cadencia de una danza, o la conmovedora  sencillez de algunos presentes que logran abrigar el corazón.
Cuando Inmaculada viaja por este continente, nos descubre una realidad distinta: Y como bien ella dice, volando a veces en aviones imposibles: “Desde lo alto, la pobreza no es tan evidente, pero allí abajo, hay muchas personas que sobrellevan una vida cotidiana con carencias de todo tipo.
Kinshasa, es esa ciudad de contrastes y contradicciones, que dibuja un mapa social y humano complejo y diverso con grandes avenidas en el centro, o caminos de arena en los lugares más alejados.
Un hervidero de soñadores y emprendedores, espejo de muchas vidas, donde la muerte sigue necesitando ritos.
Tal como aquí se dice, no podemos seguir embarcados en la loca carrera del individualismo. No se puede dar la espalda al sufrimiento.
A lo mejor es necesario acercarse a la realidad de otra manera., recuperar lo sencillo, porque solo cuando salimos de nuestro mundo cerrado podemos apreciar otras visiones, y darle importancia al alborozo de unas manos que encuentran un tesoro en medio de los escombros, descubriéndo que por muchas realidades que haya, quizá lo más valioso es desp ojarse de lo accesorio, y hallar lo que realmente importa.
Tal vez así seamos capaces de apreciar la alegría de una niña que nos dice, que una fiesta puede ser inventada, y vendremos entonces a saber lo que El Pájaro Azul, nos transmite en su vuelo feliz, tiñendo la noche del color del lapislázuli:
Oh, viajero…. ¡Abre entonces el libro! Siente el compás del corazón y descubre que
podremos hablar muchas lenguas, pero la más universal siempre será la del amor.
Muchas Gracias Inmaculada González Carbajal García.
María del Carmen Pernas Martínez.

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